La migraña no es solo un dolor de cabeza intenso: es una enfermedad neurológica que afecta a millones de personas y limita seriamente su calidad de vida. La OMS la considera uno de los principales problemas de salud global, y en España se calcula que más de cinco millones la sufren, cerca de un millón de forma crónica. El impacto económico también es notable: más de 12.000 euros al año por paciente en los casos crónicos.
A pesar de su magnitud, la migraña sigue estando infradiagnosticada: la mitad de los pacientes no recibe atención adecuada, y pueden pasar más de seis años antes de obtener un diagnóstico correcto. La falta de información es una de las principales barreras.
Cómo se manifiesta
El dolor suele aparecer en un lado de la cabeza, con latido pulsátil, y empeora con el movimiento. Náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al ruido son frecuentes. Algunas personas experimentan aura, una alteración visual o sensorial que precede a la crisis.
Según la frecuencia, la migraña puede ser episódica (menos de 15 días al mes) o crónica (más de 15, con al menos 8 de ellos migrañosos durante tres meses).
Qué la desencadena
Estrés, cambios hormonales, falta o exceso de sueño, ciertos alimentos (como el alcohol, el chocolate o los quesos), estímulos ambientales y algunos fármacos son desencadenantes habituales. Identificarlos ayuda, pero rara vez es suficiente: la mayoría de los pacientes necesita tratamiento.
Tratamientos actuales
Existen terapias sintomáticas, como antiinflamatorios o triptanes, y otras preventivas. Nuevos fármacos como el lasmiditán o los gepantes están ampliando las opciones y mejorando la eficacia frente a los tratamientos clásicos.
El papel del farmacéutico
El manejo de la migraña exige un trabajo en equipo. En este contexto, la farmacia comunitaria es esencial: el farmacéutico puede detectar posibles casos, derivar al médico cuando sea necesario y advertir sobre el uso excesivo de analgésicos. Además, ofrece educación sanitaria, fomenta la adherencia terapéutica y orienta al paciente en la adopción de hábitos saludables que reduzcan las crisis.
En definitiva, el farmacéutico es un punto de apoyo cercano y accesible para quienes conviven con la migraña, contribuyendo tanto a su detección precoz como a un mejor control de la enfermedad.
La farmacia comunitaria, un aliado frente a la migraña
La migraña no es solo un dolor de cabeza intenso: es una enfermedad neurológica que afecta a millones de personas y limita seriamente su calidad de vida. La OMS la considera uno de los principales problemas de salud global, y en España se calcula que más de cinco millones la sufren, cerca de un millón de forma crónica. El impacto económico también es notable: más de 12.000 euros al año por paciente en los casos crónicos.
A pesar de su magnitud, la migraña sigue estando infradiagnosticada: la mitad de los pacientes no recibe atención adecuada, y pueden pasar más de seis años antes de obtener un diagnóstico correcto. La falta de información es una de las principales barreras.
Cómo se manifiesta
El dolor suele aparecer en un lado de la cabeza, con latido pulsátil, y empeora con el movimiento. Náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al ruido son frecuentes. Algunas personas experimentan aura, una alteración visual o sensorial que precede a la crisis.
Según la frecuencia, la migraña puede ser episódica (menos de 15 días al mes) o crónica (más de 15, con al menos 8 de ellos migrañosos durante tres meses).
Qué la desencadena
Estrés, cambios hormonales, falta o exceso de sueño, ciertos alimentos (como el alcohol, el chocolate o los quesos), estímulos ambientales y algunos fármacos son desencadenantes habituales. Identificarlos ayuda, pero rara vez es suficiente: la mayoría de los pacientes necesita tratamiento.
Tratamientos actuales
Existen terapias sintomáticas, como antiinflamatorios o triptanes, y otras preventivas. Nuevos fármacos como el lasmiditán o los gepantes están ampliando las opciones y mejorando la eficacia frente a los tratamientos clásicos.
El papel del farmacéutico
El manejo de la migraña exige un trabajo en equipo. En este contexto, la farmacia comunitaria es esencial: el farmacéutico puede detectar posibles casos, derivar al médico cuando sea necesario y advertir sobre el uso excesivo de analgésicos. Además, ofrece educación sanitaria, fomenta la adherencia terapéutica y orienta al paciente en la adopción de hábitos saludables que reduzcan las crisis.
En definitiva, el farmacéutico es un punto de apoyo cercano y accesible para quienes conviven con la migraña, contribuyendo tanto a su detección precoz como a un mejor control de la enfermedad.