El pasado 30 de enero, el químico y farmacéutico británico, Stewart Adams, muere a los 95 años, fue el investigador que alivió el dolor de millones de personas con el ibuprofeno
En 1939, cuando millones de adultos se preparaban para afrontar la Segunda Guerra Mundial, Stewart Adams era un adolescente desorientado de 16 años que había decidido abandonar sus estudios, consiguió un trabajo como aprendiz en Boots, una cadena local de farmacias. Adams acabó estudiando Farmacia en sus ratos libres, se doctoró casi con 30 años y en 1953 recibió la misión de encontrar un antinflamatorio oral más eficaz y seguro que la aspirina. En 1969, llevó a las farmacias el ibuprofeno.
Mientras investigaba un nuevo tratamiento para la artritis reumatoide se dio cuenta de que había descubierto un potente analgésico cuando, para curarse él mismo de una resaca se preparó una dosis de 600 mg y descubrió que era muy efectiva. Nacia así el ibuprofeno, un medicamente antiinflamatorio y analgésico, hoy, el ibuprofeno se utiliza para el tratamiento de casi cualquier dolor leve o moderado, desde una migraña a una caries, pasando por una menstruación dolorosa o un proceso posoperatorio. Antes de Adams, este comodín no existía. Es difícil encontrar a personas que hayan aliviado tanto el sufrimiento de la humanidad.
Tras numerosos estudios y muchos esfuerzos, épicos en multitud de ocasiones, los ensayos clínicos demostraron que el ibuprofeno era efectivo en pacientes con artritis reumatoide, sin grandes efectos secundarios. En 1969, las autoridades británicas aprobaron el fármaco. En 1971, tras una fiesta con colegas, Adams comprobó que el ibuprofeno le aliviaba la resaca, y, en 1983, ante el creciente número de indicaciones terapéuticas, el organismo regulador permitió la venta del medicamento sin receta. Habían pasado 30 años desde que Adams asumió su misión.
Se suele decir que la búsqueda de fármacos es un campo de minas y hay que tener suerte para no sucumbir por el camino. Pero Adams prefería recordar que la suerte solo favorece a las mentes preparadas. Hoy, las ventas anuales de ibuprofeno en el mundo alcanzan los 3.000 millones de dólares. En 1987, aquel hombre que había abandonado los estudios a los 16 años fue nombrado oficial de la Orden del Imperio Británico.