VAS NARASIMHAN. Industria farmacéutica

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“El mundo” publica una interesante entrevista con Vas Narasimhan, el médico de 42 años que pasó de tratar la malaria en Gambia a dirigir un gigante farmacéutico. Proviene de un pequeño pueblo de la India, hoy es directivo y CEO de Novartis, pretende recuperar la reputación de la industria farmacéutica

No sólo su aspecto y sus costumbres lo hacen atípico, tomó las riendas de la farmacéutica hace ahora dos años. Proviene de una familia modesta de un pequeño pueblo de Tamil Nadu, en la India. Se doctoró en Medicina en Harvard y estuvo en Gambia con la Cruz Roja viendo morir a gente pobre de malaria a finales de los 90.

Este es un resumen de la entrevista que puedes ver completa en elmundo

P ¿Cómo fue su infancia? ¿Soñaba con un puesto como el que tiene ahora?

Mis abuelos vienen de un pequeño pueblo de la India, de un ambiente muy, muy modesto. Yo he tenido la suerte de que pudieran ir a EEUU y darme grandes oportunidades. He sido la primera generación de una familia de inmigrantes que creció en una ciudad industrial americana. Pero creo que yo siempre tuve la aspiración de trabajar en la esfera de la Salud Pública. Cómo llegue a convertirme en el CEO mundial de una compañía farmacéutica… no tengo demasiado claro cómo ocurrió. Pero aquí estoy.

P ¿Siente ahora que tiene el poder para cambiar la vida de personas como aquellas con las que convivió hace ahora más de 20 años?

¡Por supuesto! Novartis ha suministrado 850 millones de tratamientos contra la malaria sin ánimo de lucro para pacientes en África. De hecho, el director de la organización sin ánimo de lucro Medicines for Malaria Venture me dijo recientemente que el Coartem pediatrico había salvado las vidas de más de un millón de niños en los últimos cinco años. Eso es extraordinario.

P ¿Cree que aquellos que ven a la industria farmacéutica como el demonio tienen algo de razón? ¿Han hecho ustedes algo mal en el pasado?

Yo animaría a la gente a que dé un salto atrás en el tiempo y piense en cómo era el mundo hace sólo 100 años. La esperanza media de vida en el mundo era de 30 o 35 años de edad. En ese tiempo hemos sido capaces de aumentar la esperanza de vida, incluso en muchos de los países más pobres del mundo, por encima de los 70, de los 80… incluso de los 90 años de edad. Nuestra industria ha sido capaz de lograr uno de los mayores logros de la Humanidad. En los años 80 y hasta mediados de los 90 tenía una gran consideración, porque la gente se daba cuenta del impacto tan increíble que los medicamentos habían tenido. Yo creo que en los últimos 20 años hemos cometido errores. No hemos puesto en primer lugar nuestra innovación al servicio del impacto en el paciente y, debido a esto, hemos tomado decisiones que pueden llevar a plantearse cuál es la última motivación: si mejorar el cuidado de la salud o una principalmente financiera. Pero tenemos que volver al lugar en el que hemos estado durante la mayor parte de nuestra historia.

P ¿Y tienen ustedes que ser más transparentes?

Creo que ya lo somos. Lo somos mucho más que otras industrias y eso no tiene necesariamente por qué ser así. Al final, somos un negocio, tenemos que devolverle rentabilidad a nuestros inversores y tenemos que ser capaces de competir.

P Han sacado ustedes al mercado lo que se ha dado a conocer como el medicamento más caro del mundo, más de dos millones de euros. ¿Cuál es el precio justo para un medicamento?

Es importante entender que se trata de un medicamento simplemente extraordinario. Tenemos niños que se enfrentaban a una muerte segura y, tras recibir una sola infusión de este medicamento a los tres o cuatro meses de edad, ahora van al colegio con toda normalidad. Eso es algo que no vemos en medicina y es verdaderamente transformador para niños que acababan muriendo o que vivían toda su vida con respiración asistida y sin poderse mover. Respecto al precio, es mucho menos caro que los otros tratamientos existentes -se administra una sola vez- y también mucho menos caro que otros tratamientos en el mercado para otras enfermedades raras. Nuestro compromiso es encontrar un precio que refleje el valor este medicamento. Así que creemos que hemos adoptado una decisión valorada muy razonable.

 

Vas Narashiman no cree en los jefes. Utiliza con sus empleados la Teoría del Desarrollo de los Adultos de Robert Kegan. Es un modelo en el que empuja a sus directivos desde lo que se llama la mente socializada -que es el estado en el que está la gran mayoría de los adultos-, hacia la mente autocreadora y, después, hacia la mente autotransformadora, etapa en la que sólo hay alrededor del 1% de la población, según Kegan. Lo que busca Narashiman es lograr una élite de líderes creativos con una mente lo suficientemente libre como para «poder comprender el mundo complejo en el que vivimos». «Queremos tener siempre todo bajo control, pero la clave es tener una mentalidad en contante aprendizaje que nos permita navegar en esa complejidad», cuenta.

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