Una de las cosas que preocupa a un farmacéutico es: ¿Qué va a pasar con mi farmacia cuando yo no esté? No es lo mismo un farmacéutico con hijos farmacéuticos a uno que no los tiene.
Las transmisiones en el ámbito familiar. ¿qué sale mejor? ¿Vender o donar a un hijo?,
Se piensa que la opción más barata es la donación, pero depende. Pero si hay más hijos y se quiere compensar a todos ellos por igual, conviene hacer una compraventa.
¿Qué dos problemas suelen plantearse en el momento de la donación de la farmacia?
- El donante quiere seguir cobrando de la farmacia.
- El donante quiere igualar al resto de hijos. Para solucionar este último problema:
Cuando el donante tiene patrimonio suficiente para igualar al resto de hijos, es fácil. El problema es cuando no lo tiene. Cuando fallece el donante hay que incluir la oficina de farmacia como si fuera un bien más en la herencia.
Aunque la propiedad ya sería del donatario, éste recibiría menos del resto de los bienes que sus hermanos, o incluso les tendría que compensar económicamente por el exceso. Para ello se debe valorar la farmacia en ese momento, no cuando se donó.
Si la farmacia desde la donación ha mejorado mucho gracias al trabajo del donatario, y ahora tiene un precio muy superior al de cuando fue donada: el trabajo del farmacéutico beneficia al resto de herederos, que van a ver incrementada la masa hereditaria, y, por tanto, recibirán más cuota hereditaria (ya sean bienes o compensación económica).
Para ambos casos recomendamos al farmacéutico que cuente con el asesoramiento de un experto en la materia como es Profarma.
